
Desde el pasado mes de abril, el Palacio de Justicia de Badajoz cuenta únicamente con dos vigilantes jurados para todo el edificio. Esto significa una reducción justamente a la mitad del número de guardias, que antes estaba en cuatro. Esta situación ha sido abordada en la reunión de la Junta de Jueces, que ha mostrado su preocupación y malestar por el descenso en el número de empleados de seguridad.
En opinión del juez decano de Badajoz, Luis Romualdo Hernández, esta reducción en el personal de vigilancia convierte al Palacio de Justicia en uno de los organismos oficiales con menos seguridad de toda la ciudad. Cualquiera que visite el Palacio tendrá que coincidir con el juicio de los jueces: su seguridad está muy lejos de la que existe en la Delegación de Hacienda o el Edificio Múltiple. El juez reconoce que este recorte de guardias jurados no es exclusivo de Badajoz. Se ha producido en todas las comunidades donde las competencias de Justicia no están transferidas y dependen todavía del Ministerio. No obstante, en Badajoz la situación es especialmente preocupante, por cuanto ya se contaba con muy pocos medios.
El juez decano recuerda de hecho que los jueces habían pedido ya hace tiempo que se aumentase la plantilla de cuatro vigilantes, porque se consideraba insuficiente. De momento, lo que se ha hecho es lo contrario: reducirla a la mitad.
Un millar al día
Luis Romualdo Hernández explica que con dos vigilantes ni siquiera es posible controlar todas las entradas con que cuenta el Palacio de Justicia, que son cuatro. Una puerta principal, y tres en la zona trasera. Más de 200 empleados acuden cada día al Palacio y, lo que es más importante, hasta un millar de ciudadanos para realizar gestiones de todo tipo: desde acudir al registro civil a participar en cualquier procedimiento judicial, sea una declaración o un juicio.
A este importante tráfago de público se añade la circunstancia, nada despreciable, de que es un lugar donde se dirimen pleitos. Todos los días se juzga en estas dependencias a personas conflictivas, y no es extraordinario que haya más de un altercado en los pasillos. Acusados que insultan a testigos, familias que se enfrentan. «Estos problemas son más frecuentes en los juzgados de lo penal y en los juicios rápidos, porque la gente viene en caliente, a los pocos días de la denuncia o de la agresión», afirma el juez decano.
Cualquier altercado debe ser solucionado por los guardias de seguridad. Pero si un vigilante de los que ocupan las puertas es llamado a la tercera planta porque hay una riña, abandona la puerta. O si se produce más de una incidencia a la vez no pueden atenderlas.
Policía con detenidos
Hay que tener en cuenta que el Palacio de Justicia no cuenta con ningún agente de Policía con carácter fijo. La Policía acude únicamente cuando tiene que custodiar a un detenido, o a un preso, a un juicio o a prestar declaración. La seguridad habitual del Palacio depende de los agentes privados.
El juez decano añade que la penuria de medios de seguridad es también muy acusada por la tarde, cuando funciona el Juzgado de Guardia. «En algún momento puede ocurrir que los jueces no podamos siquiera realizar una diligencia urgente, como firmar una orden de registro que nos pide la Policía, porque la sede judicial está cerrada por falta de vigilancia», explica el juez decano. «La situación es grave», alerta.
«La Junta de Jueces -añade el magistrado-, no puede hacer mucho para dar una solución, pero sí queremos llamar la atención sobre ella, porque no está en juego sólo nuestra seguridad, sino la de los ciudadanos que acuden a diario aquí. No pedimos el nivel de seguridad que tienen en la Audiencia Nacional o en los juzgados de la Plaza de Castilla de Madrid, pero que al menos no exista esta precariedad», concluye el juez.
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