
Para las personas que no sepan reconocer a un vigilante real de uno falso, un vigilante habilitado está identificado por una placa oval colocada en el lado izquierdo de su pecho en la que se puede leer «vigilante de seguridad» y su número profesional.
El falso vigilante no lleva placa y aunque tenga el uniforme completo, con porra, esposas o grilletes e incluso walki talkie, esta cometiendo un delito tipificado en la Ley de Seguridad Privada.
Para llegar a ser vigilante de seguridad hay que pasar por una academia para preparar los exámenes escritos y físicos, que son realizados por el Ministerio del Interior, y presentar los antecedente penales completamente limpios, a parte de otros requisitos. Metro Bilbao debe exigir a las compañías de seguridad privada contratadas que envíen al realizar su servicio de vigilancia a verdaderos vigilantes de seguridad. No a personal no habilitado, que no son más que auxiliares de servicios, que no pasan de ser simples bedeles o porteros, sin ninguna preparación ni habilitación, y que ni les exigen los antecedentes penales. Y este problema no es sólo en el metro; dénse una vuelta por los centros comerciales y verá que estamos rodeados de falsos vigilantes.
ZONA20 Carta de Bilbao
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