
Los máximos responsables de Interior de los Gobiernos central y vasco, Alfredo Pérez Ru-balcaba y Javier Balza, respectivamente; han prometido protección «inmediata» para todos los nuevos concejales del PSE y del PP en el País Vasco. Pero la cuestión es que el martes pasado, Antonio Basagoiti, presidente de los populares en Vizcaya, desveló que no todos los ediles de este partido tienen escolta. Y no la tienen porque, según revela Vicente de la Cruz, presidente de la Asociación Española de Escoltas (ASES), les está resultando complicado encontrar voluntarios para cubrir las casi trescientas vacantes de guardaespaldas que la ruptura de la tregua ha generado. Porque no sólo los concejales necesitan protección: jueces, magistrados, empresarios...; todos son potenciales víctimas de ETA. Y todos tienen que estar escoltados.
Sólo para el País Vasco, donde ya trabajan 1.800 escoltas privados, el Ministerio del Interior y el departamento vasco del ramo han solicitado a las empresas otros doscientos profesionales, que están llegando con cierta lentitud. «No se puede mandar a cualquiera. Hay que formarlos, deben tener los permisos, y eso lleva tiempo», explica De la Cruz, que acusa al Ministerio del Interior y al Gobierno vasco de «imprevisión» ante el previsible aumento de la demanda.
Salarios
Los profesionales más veteranos, gente que lleva cuatro o cinco años haciendo de sombra de personalidades en el País Vasco, suelen cobrar unos 2.500 euros netos al mes, con los que deben pagar también su alojamiento y otros gastos. Deducidos estos pagos, la nómina adelgaza hasta unos 600 euros, muy poco, dicen muchos de ellos, para jugarse el pellejo, y muy especialmente para los candidatos a tan arriesgado de-sempeño. De la Cruz lo explica de manera gráfica: «El razonamiento que se hace la gente es sencillo: si trabajando de vigilante en el metro de tu ciudad, en Madrid o Barcelona, por ejemplo, puedes sacar unos 1.800 euros al mes y los riesgos son muy inferiores a los de trabajar de escolta, ¿qué necesidad tengo de complicarme la vida?», dice.
Ante la falta de voluntarios, se han impuesto las leyes del capitalismo, que como en casi todo, también mandan en el sector de la seguridad. «Las empresas han tenido que subir sus ofertas económicas hasta los 3.500 o 4.000 euros para atraer a nuevos escoltas», explica De la Cruz, que advierte del pernicioso efecto que ha tenido ese incremento para la moral de los más curtidos, que no acaban de entender que expertos como ellos vayan a tener menos soldada que los novatos.
Aunque no todo son penurias para estos veteranos. El nivel de amenaza que se cierne sobre el PNV es cada vez mayor, y aumentará todavía más si, como apuntan desde algunos sectores políticos, cristalizan una serie de acuerdos que los nacionalistas estarían negociando con los socialistas para evitar que ANV se haga con el control de aquellos municipios en los que la izquierda abertzale ha sido la más votada pero no tiene mayoría absoluta. Tanto, que es casi seguro que a algunos de sus concejales se les asigne un servicio de escolta, situación inédita en toda la historia. El Gobierno vasco es consciente de tan delicada situación y no está dispuesto a que a los suyos les proteja cualquiera, por lo que han pedido a las empresas privadas, según apuntan fuentes de las mismas, que les envíen guardaespaldas con oficio y conocimientos. «En el PNV saben que la cosa pinta mal y son muy conscientes de la diferencia entre la seguridad que pueden ofrecer unos y otros», añaden los consultados.
Esta súbita demanda de escoltas curtidos está agitando vertiginosamente el mercado. «Algunas empresas están ofreciendo hasta 7.000 euros más al año a los más expertos para que se vayan a su empresa, además de cinco días más libres al mes. Había una especie de acuerdo tácito en el sector para no quitarse gente entre ellos que no se está cumpliendo», aseguran las citadas fuentes empresariales consultadas.
Navarra
Las necesidades de nuevos escoltas privados para Navarra, donde ahora mismo trabajan unos 750, son notablemente inferiores a las del País Vasco. Para la Comunidad Foral, el Ministerio del Interior sólo ha solicitado a las empresas el envío de 25 nuevos profesionales. «En Navarra ha habido más previsión», apuntan los consultados. También ayuda el hecho de que el movimiento de concejales en esta autonomía ha sido menor tras las municipales del 27 de mayo. «Hay muchísimas menos caras nuevas que en el País Vasco, lo que obliga a montar muchos menos servicios nuevos», explica Vicente de la Cruz.
También en la Comunidad de Madrid se han demandado nuevos escoltas privados, una treintena, según el presidente de ASES, principalmente para proteger a empresarios. «Aquí, sin embargo, las cosas se hacen con más discreción, porque no existe la misma tensión que en el País Vasco», añade.
LA RAZON.
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