
Los seis miembros del Grapo detenidos el miércoles en Barcelona escondían en los cuatro pisos registrados ayer por la Guardia Civil artefactos caseros y datos que hacen pensar a los investigadores que estaban planeando atracos, según explicaron fuentes del Instituto Armado. Los consultados añadieron que, en los últimos años, la actividad de este grupo criminal ha estado principalmente enfocada a conseguir dinero más que a perpetrar atentados. Precisamente, dos de los detenidos, Israel Clemente y Jorge García Vidal, acabaron el año pasado en Zaragoza con la vida de la esposa del empresario Francisco Colell cuando intentaban secuestrar al industrial para obtener fondos.
Uno de los objetivos que los terroristas podrían tener en su punto de mira sería un furgón blindado, uno de sus métodos favoritos para conseguir dinero. Los Grapo han asaltado vehículos de este tipo en varias ocasiones. En mayo de 2000, un «comando» de este grupo terrorista logró un botín de 390 millones de pesetas y mató a dos guardias de seguridad en uno de estos robos. Para cometerlo, realizaron tres explosiones: la primera en un coche aparcado en el arcén de la carretera, y la segunda y la tercera con bombas-lapa, en los bajos y el lateral del furgón.
Aunque la afirmación es arriesgada, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, declaró ayer tener conocimiento de que con estas detenciones «no hay ningún militante del Grapo ya activo», por lo que «podemos dar por desaparecido el grupo en su estructura militar», aunque reiteró que es una afirmación «arriesgada» ante un posible resurgimiento.
LA RAZON.
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