viernes, 18 de mayo de 2007

La bajamar se alía con los cacos


Se sospecha que los ladrones que atracaron once locales comerciales en A Toxa burlaron la seguridad de la isla accediendo por mar, aprovechando la marea baja

Como en aquellos castillos medievales que se protegían de los enemigos rodeándose de un foso lleno de agua y de cocodrilos, las islas tienen un infalible sistema de seguridad. Y es que, como los libros de geografía indican, están rodeados de agua por todas partes. A no ser que se trate de una isla habitada y con puente de acceso, como en A Toxa. Entonces pasan a estar rodeadas de agua por todas partes menos por una, o sea, el puente. Por eso esa pasarela sobre el mar es la zona más controlada por los vigilantes de seguridad contratados por la comunidad de propietarios de A Toxa, y por eso nadie entiende cómo un grupo de cacos pudieron entrar en la isla y forzar las puertas de once locales de un centro comercial sin que nadie se percatase de su presencia. Hasta que se planteó la posibilidad de que hayan podido hacerlo por mar.

Los dueños de las tiendas de Aldea Comercial, un centro sito en la isla de A Toxa donde se pueden comprar desde antigüedades a joyas, recuerdos y artículos de regalo, se llevaron una desagradable sorpresa en la mañana del miércoles, cuando comprobaron que la mitad de los locales habían sido saqueados. El susto fue menor cuando comprobaron que apenas les faltaba mercancía. Quienesquiera que fuesen los autores del robo, tenían prisa por largarse con la calderilla que había quedado en cada tienda para el cambio del día siguiente. En total, tanto esfuerzo para llevarse unos mil euros. La reparación de los desperfectos tendrá un coste mucho más elevado, sobre los cuatro o cinco mil euros.

Reproches

Cuando la Guardia Civil llegó al lugar, tuvo que oír algunas críticas de los propietarios afectados por su escasa presencia en la isla. Pero lo cierto es que, si las patrullas no van mucho por A Toxa, es porque la comunidad de propietarios tiene contratada vigilancia privada, y siempre hay personal de seguridad en la única entrada de la isla: el puente pintado de blanco que se repite en todas las postales y que une A Toxa con la península de O Grove.

Puestos a buscar explicaciones a lo ocurrido, ayer se planteaba la nada descabellada posibilidad de que los ladrones hayan entrado en la isla por mar, aprovechando la bajamar. En la parte sur, justo donde está el centro comercial, el agua prácticamente se retira cuando hay marea baja, y se puede llegar desde O Grove andando por el arenal unos quinientos metros mojando sólo los pies. De hacerlo así, los espabilados ladrones no tuvieron más que saltar una valla que rodea el centro comercial y acceder a los locales, que abrieron pacientemente por el método de la pata de cabra, es decir, forzando las entradas con una palanca.

Lo sorprendente es que hayan hecho tal esfuerzo para tan discreto botín, sobre todo teniendo en cuenta que, entre las joyerías, la bisutería de alta calidad y las antigüedades, había material de sobra para llevarse algún millón sólo con llenar las manos. Y sin embargo, los todavía desconocidos cacos entraron a hurtadillas en la isla, burlaron la vigilancia y salieron inmunes por un raquítico botín de poco más de mil euros. Hay quien dice que necesitaban con urgencia dinero en efectivo.

LA VOZ DE GALICIA.

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